Es parte del programa “IceBridge” de la agencia estadounidense, orientado a “estudiar y comprender el comportamiento de glaciares y capas de hielo en el continente antártico”. Es la primera vez que hará base en una ciudad argentina, ya que en años anteriores operaba desde Punta Arenas. Prevén realizar entre seis y once vuelos de 9 horas de duración en un avión P-3 equipado con instrumentos de última generación, como un láser topográfico, sondas de radar y una cámara infrarroja, entre otros.
Además de los científicos norteamericanos, fueron invitados a participar integrantes del Instituto Antártico Argentino (IAA) de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), del Servicio Meteorológico Nacional, del Servicio de Hidrografía Naval, y del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic).