El jefe de Gabinete, Marcos Peña, confirmó ayer que después de las elecciones del domingo 22 habrá aumentos en las boletas de agua, luz y gas, como estaba previsto por «audiencia pública», aunque consideró que calificar esos incrementos de «tarifazo es una percepción subjetiva».
Durante una entrevista radial, el funcionario indicó: «lo que es correcto es que hay una audiencia pública del año pasado que estableció un cronograma tarifario que incluye un camino gradual de modificación tarifaria, pero eso ya fue anunciado y avisado hace tiempo. Tarifazo es una percepción subjetiva».
En esta línea, el funcionario señaló que «no hay ninguna posibilidad de un escenario de caída del salario real y de impacto fuerte; el año que viene es de crecimiento y de generación de empleo». El aumento en electricidad sería mayor si el gobierno resuelve también un ajuste en el precio estacional o mayorista de la energía, y si así fuera, tendría impacto en las facturas eléctricas de todo el país, no solo en Capital Federal y Gran Buenos Aires.
En diciembre, habrá también un alza en gas que se estima en más del 40%. Este ajuste que tiene alcance nacional incluye un nuevo escalón del cronograma fijado en dólares para el precio del gas en el punto de entrada al sistema de transporte; la segunda fase de la revisión tarifaria integral para transportistas y distribuidoras del producto, y el ajuste por el índice de precios mayoristas sobre los márgenes de esas empresas entre abril y noviembre.
Por otra parte, a partir del 1 de noviembre, AySA, la única empresa de agua y saneamiento en la que tiene participación el Estado nacional, cambiará el criterio de facturación para los usuarios residenciales que tienen medidor (un 12% del total). El cambio consistirá en una nueva fórmula para fijar la tarifa: habrá un cargo fijo y después se pagará por metro cúbico consumido, no ya por cantidad de metros cuadrados. Esto significará una suba en la factura para los que tienen propiedades de menos metros cuadrados y hacen un consumo medio o alto del agua.
Por último, a partir de la semana posterior a las elecciones habrá un aumento en los combustibles que se estima en un 10% para las naftas y entre un 7 y 8% para el gasoil.
Como dijo Peña, las alzas en las tarifas ya se discutieron en audiencias públicas, por lo cual en febrero habrá un nuevo aumento para transportistas eléctricas y para Edenor y Edesur, y en abril otro para las empresas que transportan y distribuyen gas, además de los ajustes por índices de precios que de ahora en más, se aplicarán todos los semestres.