El jefe de la agrupación XIX Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, comandante mayor Gustavo Ríos, presidió hoy el acto que conmemora el 37° aniversario del bautismo de fuego de Gendarmería nacional en la guerra de Malvinas. El titular del Parlamento, vicegobernador Juan Carlos Arcando, participó del homenaje “a los hombres que formaron parte del escuadrón Alacrán, haciendo gala de su profesionalismo, capacidad, valor y espíritu de cuerpo, al punto de ofrendar sus vidas, por un ideal superior como lo es el amor a la patria».
Luego de entonar las estrofas del himno nacional, el comandante Pablo Fortunato recordó la actuación de la fuerza federal en el conflicto bélico con Inglaterra. Allí, se rindió homenaje a los integrantes del escuadrón que fallecieron durante la guerra: El primer alférez Ricardo Julio Sánchez, subalférez Guillermo Nasif, sargento ayudante Ramón Gumersindo Acosta, cabos primeros Marciano Verón y Víctor Samuel Guerrero, cabo Carlos Misael Pereyra y el gendarme Juan Carlos Treppo.
“Los integrantes del escuadrón Alacrán, eran todos combatientes profesionales de la Gendarmería nacional, comandos comprometidos con la ciencia de la guerra y el arte de la paz. Tuvieron el honor de actuar en el teatro de operaciones de Malvinas y lo hicieron junto a sus pares del Regimiento de Infantería N° 25 del Ejército Argentino”, recordó. “Alacranes de Malvinas, centinelas de la Patria, héroes argentinos caídos en suelo malvinense, nos dejaron a todos nosotros, un legado de honor y gloria que hoy nos comprometemos a mantener vivo. Descansen en paz”, cerró Fortunato.
Luego de la invocación religiosa, las autoridades colocaron ofrendas florales en homenaje a los gendarmes caídos en combate. Antes de finalizar el acto, se entonaron las estrofas de la marcha de Malvinas, en compañía de los acordes de la Banda de música de la Base Naval Ushuaia. Participaron también del acto funcionarios provinciales, municipales y judiciales; representantes de las fuerzas armadas y de seguridad, combatientes de Malvinas, representantes de distintas ONG e invitados especiales.
El papel de la Gendarmería nacional en el conflicto bélico
El día 27 de mayo de 1982, inició el desplazamiento el escuadrón “Alacrán” de la fuerza, el cual contaba de 40 integrantes, encabezado en aquel entonces por el comandante José Ricardo Spadaro. Donde arribaron a Comodoro Rivadavia (Chubut), donde el personal de la mencionada unidad adquirió con vuestro dinero, una Bandera Argentina, a la cual le dibujaron un Alacrán símbolo del Escuadrón Especial.
El día 28 de mayo los integrantes del grupo “Alacrán” fueron embarcados en un Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina con destino a las Islas Malvinas, donde llegaron en horas de la noche del mismo día, en medio de una tormenta de bombardeos.
A día siguiente, aproximadamente, a las 20:00 horas, el comandante Spadaro recibe la orden para ejecutar la primera intervención de Gendarmería en el conflicto armado. La misión consistía en ocupar y organizar posiciones adelantadas a la primera línea, a partir del 30 de mayo hasta el 09 de junio de 1982. Para abatir encubiertamente aproximaciones helitransportadas enemigas y permitir el sobre pasaje de la infantería británica, atacar su retaguardia, con el propósito de producir en las sucesivas acciones el mayor daño posible y bajas personales y materiales y reintegrarse finalmente al dispositivo de defensa de Puerto Argentino.
Fue entonces el 30 de mayo, apenas iniciado el cumplimiento de dicha misión por la primera de las patrullas de la Fuerza, cuando el helicóptero Chinook del Ejército que la transportaba a su objetivo, fue derribado por un misil enemigo. Simultáneamente, recibió el ataque de un avión Sea Harrier iniciándose el incendio de la máquina ya en tierra.
El testimonio de los sobrevivientes señala: “El piloto logró evitar que se estrellara la nave. En tierra comenzó a incendiarse y a explotar, debido a la gran cantidad de munición que transportaba. El Sargento Ayudante Ramón Gumersindo Acosta logra rescatar al Subalférez Oscar Rodolfo Aranda tirando de su mano, era lo único visible en medio del denso humo”.
El segundo comandante Jorge Enrique San Emeterio y el sargento primero Miguel Víctor Pepe, sacaron de entre las llamas al sargento Justo Rufino Guerrero, quien poseía heridas de gravedad en sus dos piernas. Este pedía a gritos ser dejado allí, temiendo por la vida de sus camaradas. Fue rescatado apenas segundos antes de que el helicóptero explotara. Muriendo el primer alférez Ricardo Julio Sánchez; subalférez Guillermo Nasif; sargento ayudante Ramón Gumersindo Acosta; cabos primeros Marciano Verón y Víctor Samuel Guerrero; cabo Carlos Misael Pereyra y el gendarme Juan Carlos Treppo”. Los sobrevivientes se replegaron a Puerto Argentino y fueron rescatados después de esperar una tensa batalla.