El «Tren del Fin del Mundo», una de las clásicas atracciones turísticas de la ciudad de Ushuaia, fue vendido por los fundadores del emprendimiento a una sociedad constituida por tres familias de conocida trayectoria en la actividad turística dentro de la capital fueguina.
La formación de 50 centímetros de trocha que recrea los últimos 7 kilómetros del recorrido del «tren de los presos», dedicado a transportar hasta el bosque a los detenidos en el antiguo Penal de Ushuaia, había sido reabierto en 1994 por iniciativa de la empresa Tranex Turismo, y ahora fue vendido a Daniel Preto, Angel Brisighellis y Libio Fernandez Alsogaray.